Cumplir con la disciplina presupuestaria ha sido y sigue siendo la asignatura pendiente de España. Los niveles de endeudamiento son altos, continuados y difíciles de mejorar sin perjudicar al contribuyente, como forma de conseguir ingreso y paliar el elevado gasto que nos conduce a situaciones de déficit estructural o de niveles de deuda desorbitados.
Continuar leyendo en Cinco Días/El País, 21 de junio de 2019